Contribuyendo a la generación 1000 MW de energía limpia: Nuestro compromiso a través de los Planes de Vigilancia Ambiental

Nos enorgullece compartir un logro significativo: este año hemos elaborado y entregado con éxito 25 informes anuales de Planes de Vigilancia Ambiental para diversas plantas fotovoltaicas y termosolares en fase de explotación, distribuidas entre Extremadura y Andalucía que hacen un total de aproximadamente 1.000 MW en operación, marcando un hito clave en nuestro viaje hacia un futuro más sostenible!

Estos informes son el resultado de un arduo trabajo y dedicación por parte de nuestro equipo. Cada informe refleja no solamente la elaboración y seguimiento de un entero Plan de Vigilancia Ambiental para cada planta, si no tambien nuestro compromiso con la supervisión y la gestión ambiental en el sector de la energía renovable, y el importante crecimiento de nuestra empresa.

Entre los resultados más destacados podemos resaltar el salvamento de un ejemplar de buitre que encontramos herido cercano al tendido eléctrico de una de las plantas, las formaciones a operarios de las plantas para incrementar la educación ambiental y el respeto al medio ambiente, el control de la biodiversidad en las plantas y sus entornos gracias la mejoras de charcas, al seguimiento de cajas nido, refugios de reptiles, en control de la pantalla vegetales a través del manejo sostenible de ganado ovino (medidas de agrisolar), la implementación de diferentes mejoras, etc.

 

¿Qué es un Plan de Vigilancia Ambiental?

 

El Plan de Vigilancia Ambiental (PVA) es una herramienta crucial para gestionar y mitigar los impactos ambientales generados por las acciones u operaciones en las diferentes fases del proyecto: fases de construcción, fase de explotación y fase de desmantelamiento.

Los pasos claves involucrados en la elaboración de un PVA son:

1. Planificación: definición de los objetivos y el alcance de la vigilancia ambiental, estableciendo los parámetros clave a monitorear, la frecuencia y la duración de la vigilancia.
2. Monitoreo: recopilación de datos para evaluar el impacto ambiental, utilizando instrumentos de medición para registrar parámetros específicos, como calidad del aire, niveles de ruido, y otros factores ambientales. La información recopilada sirve como base para evaluar el rendimiento ambiental.
3. Análisis: evaluación y procesamiento de los datos recopilados, identificando patrones, tendencias, y posibles desviaciones de los estándares ambientales establecidos.
4. Informes: los resultados del análisis se documentan y comunican a las partes interesadas a través de informes detallados. Estos informes no solo cumplen con los requisitos regulatorios, sino que también proporcionan transparencia y fomentan la responsabilidad ambiental.
5. Acciones Correctivas: en caso de detectarse problemas ambientales durante el monitoreo, se implementan medidas correctivas para mitigar los impactos negativos y restaurar el equilibrio ambiental.

6. Revisión Continua: las revisiones periódicas permiten adaptar el PVA a cambios en las condiciones ambientales, avances tecnológicos, y nuevos requisitos regulatorios.

El desarrollo de un PVA integral implica una colaboración estrecha con expertos en cambio climático y profesionales en gestión ambiental.

En 360 Soluciones Cambio Climático, nos enorgullece aplicar este enfoque sistemático para garantizar la sostenibilidad y la responsabilidad en todas nuestras operaciones.